viernes, 23 de diciembre de 2011

Si...pero te sobra corazón.

       El día a día en cualquier formación, en cualquier grupo humano, te depara alegrías, sorpresas, ilusión, satisfacción, y un sinfín de buenas vibraciones que hacen que la marcha de la actividad que realice este grupo humano sea mas fructífera, y consiga sus metas deseadas de una forma 'aparentemente' mas sencilla. Pero, como de costumbre, también te regala esta vida momentos menos agradables, ante los que hay que estar preparados y saber sobreponerse, cual hombre de trono ante el agotador regreso de una hermandad a su barrio.

       Ayer precisamente fue nuestro último ensayo antes de las vacaciones navideñas, tan merecidas como inoportunas -siempre parece poco el tiempo para que la banda esté a punto en cuaresma-. Nos hemos despedido, como de costumbre, con un "felices fiestas, que os traigan los reyes muchas cositas, y a venir con las pilas cargadas que nos espera un duro trabajo hasta el Domingo de Ramos". Ya son catorce los años que pràcticamente se repite el mismo discurso. Retomaremos los ensayos el 9 de enero, con la ilusión de que todo marche como debe y podamos cumplir los objetivos.

       Pero a veces, las cosas se tuercen un poco. Y este año - que en 8 dias habrá agonizado y expirado- la vida nos ha dado una lección a la familia de la Esperanza. Tras la anteriormente mencionada charla navideña (en este caso despidiendo el 2010) iniciamos los ensayos con la normalidad habitual. Teníamos que preparar la temporada que empezaba con un compromiso importante, en una plaza de primera y junto a 2 de los más difíciles 'astados' con los que bregar. Hariamos nuestro primer 'paseillo' del año junto a la banda nazarena de Presentación al Pueblo y la trianerísima banda de las Tres Caidas, para conmemorar el XXX Aniversario de nuestros compañeros de la banda de Ntro. Padre Jesús Nazareno de Almogía. La 'mayor cornada' que hemos recibido, la recibimos ese dia. No fué musical, sino directa al corazón, por uno de los caprichos de esta vida.


       El concierto, tras una serie de variaciones sobre la marcha para cubrir una inesperada baja de ultima hora, se desarrolló bastante bien. Terminó el concierto, nos cambiamos como siempre en la cofradía, y hasta ahí todo normal. Cual fue nuestra sorpresa cuando, aquella baja que todos dabamos como algo sin importancia, y debía ser cuestion de horas el que todo volviera a la normalidad, se tornó en una angustia constante durante mas de un mes.
       Uno de los nuestros, y no uno cualquiera (que bien que se hace de notar) fue puesto a prueba por el destino. Un problema que lo acompaña desde su más temprana infancia le volvía a plantar cara, pero esta vez haciendole caminar sobre el alambre, y sin red. Asi estuvo durante casi 40 días -curiosamente lo que dura una cuaresma- plantándole cara como un auténtico jabato a lo que le acaecía, aunque ajeno a lo que sucedía 'por aqui' , ya que la sedación -necesaria- lo mantenía alejado de la realidad.

       Mientras él estaba en ese trance, su 'otra familia' -como el se siente orgulloso de afirmar- tenía que seguir con su actividad, porque así de exigente es la vida, y porque así de comprometidos somos los que formamos parte de esto. Pero lógicamente, la normalidad era solo aparente. Y eso lo sabiamos todos. No habia una sola nota en el pentagrama que interpretábamos que reclamara nuestra atención. Nuestras mentes estaban en ese momento en esa fría sala de hospital, con él, siempre con él.

       Fueron momentos muy dificiles, más si cabe, cuando solo nos separaban de su cama escasos 300 metros. El momento mas dificil fué cuando, al finalizar uno de los ensayos, se nos informaba de la extrema gravedad de nuestro compañero, con un mensaje que nos ponía en alerta a todos, y que a la vez hizo que nos aferráramos mas a la fe: "El que sepa rezar, que rece, y el que no, que piense en el y le transmita buenas vibraciones, que falta le hace a nuestro compañero". Yo personalmente estoy seguro que así fue, y con intersección divina o con transmisión de energía positiva, salimos de esa. Y digo bien, salimos. Porque lo bueno o lo malo que nos pase, lo compartimos entre todos.


Ayer, 22 de diciembre de 2011, día en el que nos hemos deseado buena salida y entrada de año, nos sentimos unos privilegiados, (aunque no te lo digamos, porque afortunadamente podemos disfrutar de tí, de tus excentricidades y de tus tonterias extremas, por qué no decirlo) porque aunque tu vida sea ahora mismo algo distinta, aunque dependas momentaneamente de esas agotadoras sesiones -a eso ya le pondrá remedio Ella y nosotros lo veremos-, aunque todo sea difícil, aunque tú nunca lo exteriorices, nos das lecciones cada día, no te imaginas hasta qué punto. Porque no se si eres consciente, nosotros lo tenemos claro amigo. Te falta un riñón,SI... PERO TE SOBRA CORAZON.

PD: Feliz año compañero, que hoy no te lo he podido decir personalmente.

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