domingo, 15 de abril de 2012

Tú mismo puedes comprobar a qué suena la Esperanza.

Darle música a una hermandad que, pese a la lejanía de su situación, demuestra año tras año que bajo sus varales hay planificación, esfuerzo y dedicación. Darle música a un Señor que, Paciente espera en su camino, mientras nuestros sones percheleros le conducen por la más perchelera de las calles....




Darle música a la presentación, al balcón de Pilatos, que presenta a un Jesús cabizbajo, no por Humildad como indica su nombre, sino por estar pendiente a avanzar con el izquierdo cuando la marcha lo marque. Cabizbajo también por mirar como un centenar de músicos se despedían de Él por la noche, de frente, en el Santuario...


Regalarle música a un Nazareno, que llueva o no llueva, deja sentir su Pasión por estas cornetas, andando como mandan los cánones, sobrio y elegante, al vaivén de su túnica. Hacer sonar cual cirineo, los acordes de su marcha, al encarar la Catedral...


Ponerle música al enclave, darle más magia al momento. Hacer que el público sepa con qué se va a encontrar, que no es otra cosa que el andar, cimbrear de un crucificado, con la banda que lleva aliviando su Agonía durante más de diez años. Arrancar el aplauso de portadores, espectadores y penitentes, cuando en el Oratorio se escucha esto...


Hacerle cruzar la Puente, resignado y maniatado, con el fervor de la gente, que llena en el Miércoles las calles para aplaudir su caminar. Sentir como Málaga aplaude, cuando regresan a San Francisco, y se encuentran frente a frente...


Anunciar con música que el Rey de Reyes se acerca para bendecir al pueblo, y tras Él su madre, Reina entre las reinas, sobre un manto de romero. Abrir el cortejo de la más guapa de las Esperanzas, y el más dulce de los nazarenos...


Ponerle sones al Traslado al sepulcro, desde el trinitario arrabal antiguo hasta la misma alameda, para enseñarle a Málaga que en un Viernes Santo de luto, pueden sonar las cornetas como llanto de María...


Darle música al perfecto andar del Santo Entierro, que aunque lejos de nuestra casa, nos hace sentir como en ella, por el calor de su gente. "Tumbaito" le llamamos, y a sus hermanos les gusta. Poder sentir el aplauso de todo un pueblo como colofón a una semana de esfuerzo...



Puedes vivirlo con nosotros. Puedes ponerte el fajín, aprender música, y comprobar a qué suena la Esperanza, cuando nuestros Cristos salen a la calle, andando al redoblar de nuestros tambores. Deja tu solicitud en la tienda de recuerdos de la Casa Hermandad de la Archicofradía, a partir de mañana Lunes, 16 de Abril. ¡Te esperamos!