"Tú eres el Hijo de Dios", levantó expectación desde el momento en que conocimos su existencia. Fué en ese momento cuando germinó, y terminó de florecer en primavera, encerrada en el Santuario de la Victoria, con el Señor de la Humildad mirándo impasible la escena. Se giraron las tornas. En ese momento, parecía que el mismo balcón de Pilatos presenciaba la música, y los allí presentes aplaudían, en lugar de clamar a Barrabás como inocente. Es la primera marcha compuesta por componentes ajenos a la dirección musical. José García "Pepillo" (JG) y Francisco J. Torres "Chicuy" (FJ) (en el centro de la foto) nos cuentan su proceso.
P: ¿Cómo
nace “Tu eres el Hijo de Dios”?
FJ: "Tu eres el Hijo de Dios" nace tras la Semana Santa de 2010. Pepillo (José García) me llamó con un comienzo en la mente, que había plasmado en el papel. Me gustó, por lo que significaba para mí, y empezamos con paso firme, hasta su finalización
P: ¿Qué
significa para ti esta marcha, este Cristo y esta
hermandad?
FJ: La marcha significa mucho, ya que expresa los sentimientos sobre esta imagen. El año pasado, por muchos es sabido que pasé unos momentos muy difíciles. Alguien puso una medalla de la Hermandad cerca de mí, y tuve la suerte de, el Domingo de Ramos, poder subir un tramo de Calle Granada junto a Él, y mis compañeros. Sobre la Hermandad, no tengo palabras. Se portaron muy bien conmigo, y es de admirar la superación que demuestran año tras año.
P: ¿Por
qué este título?
JG: Pilatos, en el pretorio, le pregunto a Jesús: ¿Quién dices que eres? ¿El hijo de
Dios?. Es un título con fuerza, sentido y rigor histórico.
P: ¿Cómo
fue evolucionando la marcha, desde lo que fue en su inicio, hasta lo que es
ahora?
JG: Su evolución ha sido ascendente desde primera hora. En su comienzo, nos salió algo lineal, de larga duración, pero finalmente, y con la ayuda inestimable de Alberto Zumaquero, conseguimos que la marcha fuera del gusto de la mayoría, hasta el punto que, tras la Semana Santa, el twitter de la Banda según me decían, rebosaba de menciones aludiendo a la marcha. Un orgullo, sin duda.
P: ¿Qué
supuso la intervención de Alberto Zumaquero en los
arreglos?
FJ: El sentido malagueño y de Esperanza, y me explico: Fué capaz de marcar con el sello de la Banda cada compás del pentagrama, y ajustó los tiempos para que no se demorase mucho en el tiempo. Muchos le critican por hacer marchas de corta duración, pero no hay que olvidar que somos Málaga y tocamos para Málaga, donde los tronos no permanecen 5 minutos arriba, y necesitan mayor cadencia de refresco. En este sentido, ha sido un acierto, sin duda.
P: ¿Qué
sentisteis cuando se interpretó, por primera vez, en Écija?
JG: La satisfacción del deber cumplido, del trabajo bien acabado, y para más seña, del gusto de todos tus compañeros. Es algo difícil de explicar.
P: Explicadnos,
en pocas palabras, qué se os pasó por la mente cuando el Señor de la Humildad se
encerró, frente a nosotros, mirándonos cabizbajo, al compás de vuestra
marcha
FJ: Magia. En momentos como ese, donde el cansancio abunda, pero es vencido por la ilusión y las ganas de 100 músicos y 200 hombres de trono, es cuando sale a relucir el carácter de las personas. Fué algo que elogiaron los presentes, y maldijeron por no ver los ausentes.
P: ¿Qué
le podéis decir a todos los compositores jóvenes, para que se animen a
escribir?
JG: Que hacen falta compositores en Málaga, que necesitamos conciencia musical, sin necesidad de mirar instantáneamente hacia otras bandas. Es buenísimo tocar marchas de renombre, pero la construcción de un estilo musical propio es indispensable para crear tu propio sello.
P: ¿Alguna
marcha en proyecto?
Ambos: Alguna que otra empezada, pero con muchos cabos sueltos. Todo se andará, y no tardará mucho.
Muchas gracias por la colaboración